martes, 1 de marzo de 2011

Estadios malditos

El Real Madrid volvió a pinchar en Riazor, un campo que nunca se le ha dado bien en los últimos tiempos (a excepción de la pasada temporada). En esta ocasión, la falta de puntería y la gran actuación de Aranzubia (está de moda el portero vasco), impidieron a los blancos conseguir la victoria. Pinchazo y a siete puntos del líder otra vez. Y es que hay estadios en los que, por una razón o por otra, el equipo no se siente cómodo: la presión del público, las malas condiciones del terreno de juego o la excesiva dureza con la que se emplean los rivales pueden ser factores a tener en cuenta. Le ha pasado al Barcelona, hasta no hace mucho, en el Reyno de Navarra y le sigue pasando a multitud de conjuntos en muchos campos de la geografía española.

La ventaja que nos ofrece la noche con respecto al fútbol es que en la mayoría de las ocasiones podemos elegir qué lugares evitar. Ahí van unos cuantos:

Fiestas universitarias (enfermería, medicina o similares): Un clásico de la noche española, sobre todo en nuestros años mozos. Siempre corre el rumor de que habrá una cantidad inusual de mujeres. Nos imaginamos a bellas ninfas ataviadas con trajes blancos, ceñidos y cortos, dispuestas a curarnos cualquier tipo de dolencia. La realidad es bien distinta: lo que hay es una cantidad ingente de hombres respirando tensión sexual por los cuatro costados. Estadios en los que es complicado hasta puntuar.

Garitos de moda (Gabana, New Garamond o La Posada de las Ánimas): Basta con observar los vehículos que están aparcados en la puerta, para hacernos una idea de lo que busca en este tipo de lugares el sexo femenino. Son sitios que se han puesto de moda, en la mayoría de los casos, porque el público asistente proviene de programas de televisión de tanta calidad como 'Mujeres, hombres y viceversa'. Las mujeres con las que intentamos hablar posiblemente no sabrán decir nada interesante más allá del “hola”, pero nos despreciarán cual perros si nuestra cuenta corriente no puede mantenerlas.

Antiguos estadios fructíferos (Art Deco o Bourbon Café): Hace tiempo fueron templos del disfrute sexual para muchos, pero el ‘boca a boca’ ha terminado causando el efecto contrario. Donde antes veíamos a grupos de féminas ávidas de diversión, ahora se encuentran beodos pasados de peso buscando algo que llevarse a la boca. Es aconsejable sacar el máximo partido a estos estadios cuando aún estamos a tiempo.

Fiestas de pueblo (Colmenar Viejo, Villalba o Soto del Real): Aunque en un principio parecen lugares propicios para encontrar una noche de pasión, no debemos confiarnos. Aquí la selección es importantísima, ya que una mala decisión nos podría introducir en una desagradable pelea con los lugareños más rudos. Es necesario evitar a toda costa ligar en los coches de choque: es su territorio.

Lo mejor es esquivar este tipo de lugares en la medida en que nos sea posible, aunque también conviene recordar que una victoria en un estadio maldito sabe mucho mejor.

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