martes, 22 de mayo de 2012

De pelo, sexo y demás

Hasta que comience la Eurocopa y a falta de saber únicamente quien será el campeón de la Copa del Rey, me voy a permitir desconectar del fútbol un momento. No sin antes, eso sí, aconsejaros que os paséis por la web que os mantendrá religiosamente informados de todos los rumores, transacciones y movimientos mercantiles, propios de estas fechas tan señaladas. Después de este inciso publicitario, comenzamos.

Hace ya algún tiempo publiqué un post bastante explícito sobre la anatomía femenina. Es de recibo, pues, que ahora hable sobre lo que nosotros, los hombres, podemos ofrecer en las relaciones carnales. Y a colación de una interesante conversación que tuve el pasado fin de semana (algunos/as de los lectores fieles de este blog saben a lo que me refiero), he decidido poner sobre el tapete un tema que está muy de moda, máxime teniendo en cuenta la llegada del periodo estival: el vello masculino.



Nos encontramos en una época convulsa, en la que un numeroso grupo de “visionarios” han impuesto la depilación absoluta como modo de vida. Ya no se lleva el hombre ‘de pelo en pecho’. Más bien diría que incluso un tío con vello parece un elemento anacrónico. Reconozco que siempre he sido, en este aspecto, un hombre ‘chapado a la antigua’, un caballero a la ‘vieja usanza’. Pero confieso haber cedido en algunos puntos: la depilación de las cejas puede ser necesaria en según qué casos. Para todo lo demás, Mastercard.

Centrémonos en el vello genital masculino. Los extremos, en mi opinión, siempre son nocivos. Una ausencia total de pelo me parece a todas luces excesiva. Primero, porque unos testículos desprovistos de mata se me hacen extraños, ajenos a la virilidad. Segundo, porque realizar una depilación extrema en esta área entraña unos riesgos que no estoy dispuesto a correr.

Ok, es verdad que si la jungla es abundante puede producir cierto rechazo en las féminas, aunque analizando el tema en profundidad, quizás no debería. A nadie le gusta bajar al pilón y levantarse con la boca repleta de ‘pelillos’ (a nosotros tampoco). Pero un buen trabajo oral femenino debe centrarse en el miembro y ahí, salvo raros fenómenos de la naturaleza, no hay pelos. Otra cosa es que hagan el tan socorrido ‘chupipaja’: lamer a los gemelos, mientras se le da a la zambomba con la mano. El terreno, en este caso, debe estar bien cuidado.

Pero, ¿cuál es la mejor manera de recortar el césped? ¿Maquinilla, tijeras, cera? Os animo a que dejéis vuestras experiencias, impresiones y a las mujeres, vuestros gustos. Todos/as podemos aprender mucho…

7 comentarios:

  1. Cuchilla en ducha con agua relativamente fría. Parece más peligroso y complicado de lo que es.

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  2. yo creo que la maquinilla es el equilibrio perfecto entre seguridad y eficiencia.

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  3. Veis las tijeras como algo demasiado superficial?

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  4. Un chico no puede tener ni un solo pelo, en ningún sitio!! y menos en verano.

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  5. Maribel de toda la vida!22 de mayo de 2012, 13:40

    Tío, cuando escribiste sobre el patatal pediste disculpas por lo explícito del tema. Exijo lo mismo en esta ocasión! Especialmente por el penúltimo párrafo.

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  6. después de más de un año de post, deberíais estar preparados para mi versión más "salvaje"... En serio, la gente ha respondido bien, el debate creo que es interesante y repito: todos podemos aprender

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